martes, 6 de mayo de 2008

miércoles, 6 de febrero de 2008

La luz primigenia

Se autoseudonima Julian Mur, a continuacion algunos fragmentos de sus libros ineditos de poemas y cuentos.

Velur noir de tes lessies, le soupirais di soleil, le feu de le nuit, le music de le mer. Un ange vole beau, furtive elle on lui, parfait melange.




Ella me atrapo con su angel y me envolvio con su demonio, yo como siempre estaba desprevenido.






Ella vierte de mi boca caminos de lengua, ella abre mi boca para ocultarse, me pide que la proteja del sueño de una isla, de la rendicion de su deseo a la interperie. Ella tiene miedo de paralizar la busqueda. Le digo que es tarde. Apago el reloj. Ella enciende sus ojos, se acomoda el pelo detras de sus mejillas. Comienzo a sentir mi locura por besarla. Siento que me hiere su deseo. Mis ojos se cierran para mirarla. Estamos habituados a lo oculto, es solo en ese mundo subterraneo donde podemos existir. Donde nos besamos sin saber quienes somos y retomamos ese ritual de caricias incandescentes, esa caricia que nos subleva a la razon, hasta quedarnos sin manos, hasta desintegrarnos en el mar perdiendo la brujula del tiempo. Nadando en habitaciones de pupilas encendidas en la oscuridad. Donde somos dedos sueltos, dedos desatados que se buscan.


El diluvio crepuscular de los peces amarillos

Exotica polvareda, lluvia de peces amarillos, ventanas ciegas, encandiladas por ceremonias secretas de contactos circulares. Mirar el ropero abierto de la habitacion donde soñamos, quien y yo, juntos. Vestirse, bañarse, desvestirse, dar vuelta el reloj. Tomar el ultimo suspiro de la noche en una copa de labios, besar las estrellas. Abrigarme con el viento, tapar a quien hasta la hermosura y amarla en silencio para no despertarla y besarla hasta el silencio, con besos de papel. Quien duerme y sueña, la tapo de mi, la cubro con mi sombra de cristal para que no sienta frio. Afuera, el cielo teñido por intrepidos soles, bajando con sus rayos como lluvias fugitivas, arañando la penumbra, interrogandome como si no bastara con este cielo. Una mariposa juega con el pelo de quien, la ilumina, como a mis ojos asombrados, por ver a quien desnuda, cubierta de cenizas de amor.




L"essentiel est invisible pour les yeux (lo esencial es invisible a los ojos)




La moral aleja

Habia una vez una cueva. En la cueva vivia una moraleja. La moraleja llevaba en sus manos un paquete cerrado. Adentro del paquete habia una pregunta y una respuesta. Un ejercito arrojo bombas en una ciudad. La ciudad enfurecida arrojo bombas en otra ciudad y asi sucesivamente. Hasta que una bomba estallo sobre la cueva. La moraleja murio y el paquete cayo al suelo y se abrio. La pregunta logro escapar del incendio en una direccion y la respuesta en otra. La respuesta se quedo a vivir en una ciudad que le gustaba, se compro una linda casa y se sentia muy feliz y confortada con su nueva vida. Nunca sintio que le faltara algo. La pregunta por el contrario se sentia siempre insatisfecha, busco por todo el mundo a la respuesta pero no pudo hallarla. Finalmente la pregunta se suicido envuelta en una profunda decepcion. A partir de ese dia la respuesta comenzo a extrañar a la moraleja.


Escalera al silencio

Lluvia de palabras hermosas sobrevolando tus ojos inagotables. Cayendo sobre techos de silencio. Sobre mantos de demencia. Sobre inconciencias azuladas. El vuelo de la arena. La pena que emana de la araña. La vena que envenena la negra certeza de la noche estrellada. La emboscada del sol. Una lluvia perpendicular al tiempo. Piedras de colores absolutos tiniendo el valle donde morimos de venganza. Los pasos que sueñan la cupula el cuerpo. El rio de la muerte donde desemboca la sangre de todo lo vivido y de todo lo soñado. La contemplación del fuego en el altar de la luna. Las manos descalsas avanzando por un cielo de constelaciones infinitas. Luciérnagas en el agua. Circulos de cristal en el muelle del amor. Puentes colgantes sobre el rio de la codicia del tiempo. Respirando ojos de luz en el vientre de la noche.


La continua edad

Esta obsesiva angustia de decir palabras que suceden entre silencios. De clavar palabras en papeles blancos que intentan abrir deseos. Estas calles de sueños que se relamen como brazos en un fuego sigiloso. Esta sensacion de que todo falta salvo los recuerdos. Esta cachetada al silencio. Este sentimiento volcanico de piedad hacia las estirpes del ocaso. Esta ciclope desgracia festiva acunandose en la inmensidad. Este anillo de temor que anida en los dedos suspensivos, en los puntos suspendidos del pensamiento. Este sentir con que pienso en la trama del devenir. En la gama de los suspiros. Esta ocupacion insensata, misteriosa, que convierte la soledad en un regocijo inexplicable. Esta luz impenetrable en la muralla del deseo. Esta custumbre de querer viajar a la esencia de lo sin fondo. Esta pasion por caer hasta agotar la lluvia. Esta paradoja ilimitada, que un milenario capricho del hombre, ha consentido en llamar literatura.




Para embriagarte de noches breves, para acunar tus ojos en la colmena de una isla.Para beber en tu copa la piel de las edades y mojar tus labios con las semillas del arco iris. Tuviste que abrir primero tus manos para pedir lluvia, tuviste que dibujar un caracol en tus deseos. Cuando desvalido por la acumulacion de tu propio conocimiento, buscaste en la sed tu fuente. Tuviste que reconocer que dormido eras mas simple y no por tus sueños, sino por tus ojos cerrados. Cuando ella, la que habitaba tu cuerpo, surgia de las cenizas para entrar en tus ojos, tuviste que inventar el deseo para pronunciarlo y ahogar en llamas el cuerpo de tu inmensidad, cuando ella, la amante ciega de tu sospecha te besaba. Tuviste que desatar palabras cuando el silencio era una cueva inmovil, cuando el cielo escalaba estrellas. Tuviste que sentir hasta desfallecer, que hombre se escribe con hambre y que su alma sigue siendo una casa deshabitada.